sábado, 25 de diciembre de 2010

Examen final

Cuerpo que me dejas triste,
triste cuerpo que me dejas.
Cómo pilares ruinosos
se vuelven mis pobres piernas
arrastrando cómo pueden
mis carnes y mi osamenta.
El espíritu, queda sólo
aguantando a duras penas
huesos, carne, brazos, piernas,
arrancando con sus quejas
lamentos, conformidades
del cuerpo con sus flaquezas.
Nos engañamos pensando,
que aunque no nos queden fuerzas,
seguiremos adelante
dando batalla a las penas;
haremos planes futuros
esperando que otro día
nuestras facultades vuelvan.
Esto piensa el pesimista
más el optimista piensa
que hemos perdido batallas
pero no perdimos guerras
todavía quedan fuerzas
para seguir arrastrando
ilusiones por la tierra.
¿Qué nos queda?...
La placidez de la vida
bien ganada a duras penas....
Y que se detenga el tiempo
sin las prisas que antes fueran,
perder tiempo o ganarlo,
según venga.
Esperar lo que se espera
sin desesperar siquiera
ya que tiene que llegar,
que llegue que,
aunque nos coja sin fuerzas,
abiertos los brazos tengo
para abrazarlo sin pena.
No es lamento lo que digo
desde el día en que nací
por seguro ya lo tengo.
Sólo espero la clemencia
de seguir con mis achaques
sin que trágicos se vuelvan
y postrado no me valga
ni para quejarme siquiera.
Afronto con optimismo
los años que aún me quedan
para realizar mis sueños
sin esperar recompensa...
Quiero hacer lo que me gusta
por distracción y placer,
sin carreras y sin prisas
lo que antes no pudo ser.
Vivir la paz de los días
disfrutando en hermandad
aficiones y alegrías
que me brindan la amistad
.

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