sábado, 1 de enero de 2011

Nocturno

Un músico pretendió
un nocturno componer
en armonioso concierto
que con suma perfección
lograra tal armonía
que la noche no envidiara
al resplandeciente día.

Al tiempo del atardecer
puso manos a la obra:
como pentágrama usó
los rayos del sol poniente,
como armadura un bemol
de una golondrina errante
que pasó en vuelo rasante.

Como tiempo de compás
el cuatro por cuatro usó
por ser el más duradero,
el que más le permitía
desarrollar su talento
para lograr con acierto
una bella melodía.

Como notas dominantes
colocando fue, a capricho
las Estrellas, por su brillo;
utilizando a los Astros
como notas importantes
y a los satélites puso
como simple apoyatura.

Todo compuesto tenía
y armándose de valor
le pidió a la vía Láctea
que actuara de anfitrión
para lograr un nocturno
tan perfecto que durara
hasta que saliese el Sol.

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